viernes, 4 de septiembre de 2009

LOS PARADIGMAS PSICOPEDAGÓGICOS COMO FUNDAMENCIÓN DE LA ACTIVIDAD DE LOS TUTORES

RESUMEN

El ensayo pretende fundamentar el trabajo de los tutores con base en cuatro paradigmas psicopedagógicos: cognitivo, humanista, sociocultural y constructivista. Se hace una revisión general de los principios de cada paradigma y cómo conciben a la educación, al alumno y al docente, así como las actividades del trabajo tutorial que se pueden emprender partiendo de estos referentes teóricos. Al final se concluye que el tutor es un mediador del desarrollo integral de sus alumnos.

INTRODUCCIÓN

A partir del documento Programas Institucionales de Tutorías (ANUIES, 2000), diversas Instituciones de Educación Superior han implementado las tutorías como una estrategia para reducir los índices de reprobación y deserción e incrementar la eficiencia terminal. Sin embargo, una parte importante de esta nueva función de los docentes ha descansado en criterios empíricos.
De la misma manera como no es posible realizar una operación a corazón abierto sin partir de una base científica, tampoco es posible desarrollar el trabajo docente en general, ni la labor tutorial en particular, sin contar con una base teórica. El propósito de este ensayo es fundamentar las actividades que los tutores realizan tomando como referencia los paradigmas cognitivo, humanista, sociocultural y constructivista.
LOS PARADIGMAS PSICOPEDAGÓGICOS

a) El concepto de paradigma en el trabajo tutorial.

Paradigma es el conjunto de teorías, suposiciones y conceptos que comparte una comunidad de científicos y que guían las acciones que siguen los estudiosos para generar conocimiento y encontrar soluciones a problemas prácticos. (Kuhn, 2005; Hernández, 2006). En ese sentido, los paradigmas son los filtros que impone nuestro cerebro y que nos permiten conocer, comprender e interactuar con lo que nos rodea.
¿Qué teorías permiten fundamentar las actividades de los docentes como tutores ¿Cómo entender la complejidad de factores que inciden en el desarrollo integral de los estudiantes? ¿Qué papel se concede el tutor a sí mismo y cómo se representa a sus alumnos? La revisión de los paradigmas psicopedagógicos nos permite responder a estas interrogantes.
b) El Paradigma humanista.

El humanismo niega toda visión parcial del ser humano ya que considera que el individuo deber ser comprendido en su contexto interpersonal y social. El objetivo del humanismo es buscar alternativas para que la escuela asegure el éxito académico así como el desarrollo personal y social de los alumnos. Sus supuestos teóricos consideran al hombre como un ser:
1. Cuya totalidad es mayor a la suma de sus partes
2. Que tiende a su autorrealización.
3. Que es consciente de sí mismo y de su existencia
4. Con facultades para decidir
El humanismo considera que la educación debe ayudar a los alumnos a decidir lo que son y lo que quieren llegar a ser. Afirma que todos los estudiantes son diferentes y es necesario propiciar su desarrollo para que forjen su propia personalidad y alcancen la autorrealización.
Dicho paradigma concibe al alumno como un ser único y total, con iniciativa, capacidad de autodeterminarse y con necesidades específicas. El docente es asumido como “un facilitador de la capacidad potencial de autorrealización de los alumnos” (Hernández, 2006) con quienes debe relacionarse con respeto, empatía y cooperación. Algunas estrategias que puede emplear el docente para desarrollar este ambiente son: usos de contratos, aprendizaje colaborativo y trabajos de investigación.
Una parte importante del la labor tutorial descansa en este paradigma. Los principios de la actividad tutorial tomados del humanismo son:
· Reconocer que cada individuo es diferentes, tiene necesidades específicas y requiere una atención personalizada adecuada a sus características particulares.
· Fomentar el respeto a la dignidad del ser humano y su realización. (Rubio et al, 2007)
c) El Paradigma cognitivo.

El centro de interés de esta propuesta radica en el estudio de las representaciones mentales y su influencia en el comportamiento humano. El propósito del paradigma en cuestión es contribuir al desarrollo de la potencialidad cognitiva del sujeto, por ello busca enseñar a pensar y aprender a aprender. Los supuestos teóricos del cognitivismo son:
1. Los procesos internos que ocurren en el ser humano explican su comportamiento.
2. La actividad mental es inherente al ser humano, además puede y debe ser intencionada.
3. El proceso de información en el ser humano se da de forma permanente.
4. Los procesos mentales del individuo determinan el procesamiento de información.
5. Cuando el individuo procesa información organiza sus representaciones mentales en su sistema cognitivo general.
El paradigma cognitivo considera que la educación debe enfatizar el desarrollo de las habilidades de aprendizaje: el conocimiento en sí mismo es insuficiente. Es necesario propiciar el aprendizaje significativo. De esta manera se concibe al alumno como un sujeto activo que procesa información a partir de sus esquemas previos. Dentro de esta visión se exige que el docente diseñe experiencias didácticas que mantengan activo al alumno para que alcance aprendizajes significativos.
En general los tutores no son especialistas en el área cognitiva, sin embargo consideramos necesario que los tutores se interesen por el desarrollo mental de sus alumnos. En ese sentido, algunas de las áreas que se pueden atender en el trabajo tutorial para fomentar el desarrollo de las habilidades cognitivas son:
· Metacognición.- Es hacernos consciente de nuestros propios procesos y productos del conocimiento. En las tutorías se puede realizar el análisis metacognitivo y la autointerrogación cognitiva. El primero consiste en buscar que los estudiantes exploren sus propios pensamientos y procesos metacognitivos cuando realizan una tarea de aprendizaje con la finalidad de obtener lecciones sobre cómo mejorar en una próxima ocasión (Díaz Barriga, 2002). Por ejemplo se puede dialogar con el estudiante para que haga conciencia acerca de cómo se preparan para presentar sus exámenes y qué acciones pueden emprender para mejorar sus resultados. La autointerrogación cognitiva consiste en una serie de preguntas que el sujeto se hace así mismo antes, durante y después de una tarea. Por ejemplo: ¿para qué voy estudiar una licenciatura o una ingeniería? ¿cómo lo estoy haciendo? ¿cuáles han sido los aprendizajes más significativos que he obtenido?
· Estrategias de aprendizaje.- “Son procedimientos que un aprendiz emplea en forma consciente, controlada e intencional como instrumentos flexibles para aprender significativamente y solucionar problemas” (Díaz Barriga, 2002). Aquí las actividades que se pueden aplicar son: comprensión y composición de textos; elaboración de mapas conceptuales y mentales, analogías, comparaciones y clasificaciones.
Uno de los graves problemas en la educación superior es dar por hecho que un alumno de este nivel ya cuenta con todas las habilidades anteriores. Frecuentemente no es así. Es aquí donde se encuentra un campo de acción fértil para el tutor.
d) El Paradigma sociocultural

Si bien el paradigma cognitivo aborda las representaciones mentales del individuo, el paradigma sociocultural expresa que dichas representaciones son una manifestación personal de la vida social. A partir del análisis dialéctico de la interacción del individuo con el entorno social, Vygotsky se interesa por el desarrollo humano como un proceso integral y multifactorial en el cual intervienen los aspectos naturales y socioculturales.
En particular Vygotsky enfatiza el concepto Zona de Desarrollo Potencial (ZDP) que establece la relación entre lo que una persona puede hacer por sí sola y lo que puede hacer con ayuda de otros. En estrecha correspondencia con la ZDP, Vygotsky retoma el concepto hegeliano de mediación. Un mediador es la persona que ayuda a otra a moverse en su Zona de Desarrollo Potencial.
Según el paradigma sociocultural, existe un vínculo muy estrecho entre los proceso formativos que se dan en la escuela y el desarrollo humano. Un aprendizaje tiene sentido solo si contribuye al desarrollo del sujeto. Así se concibe al alumno como un ser social cuya “interacción social con los otros (especialmente los que saben más: experto, maestro, padres, niños mayores, iguales, etc.) es considerado de importancia fundamental para el desarrollo cognoscitivo y sociocultural”. (Hernández, 2006).
El maestro se convierte en un mediador entre el alumno y la parte de conocimientos que este último no tiene. La función del maestro se va transformando conforme el alumno va autorregulando su aprendizaje (aprendiendo a aprender), avanzando de una postura directiva y reguladora hasta pasar a ser solo observador cuando el alumno ha alcanzado la competencia pretendida. Para desarrollar el papel de mediador, el maestro debe establecer con precisión cuál es el nivel de desarrollo alcanzado por el alumno y cuál es su Zona de Desarrollo Potencial.
Las acciones que el tutor puede emprender con base en el paradigma sociocultural son:
· Valorar la situación social del estudiante. A veces se ha considerado que cuando un alumno reprueba es por su flojera, apatía o falta de capacidad. En realidad la reprobación es un problema complejo. El paradigma sociocultural nos permite establecer que las interacciones sociales (dentro y fuera del aula) inciden en el aprendizaje. Por ello es muy importante conocer la situación social de cada uno de los jóvenes por medio de instrumentos como encuestas o entrevistas tutoriales para establecer estrategias de solución a las problemáticas que enfrentan los estudiantes.
· Determinar la Zona de Desarrollo Potencial de los alumnos. Complementando los procesos de metacognición expuestos en el paradigma anterior, es importante hacer consciente al alumno acerca de las acciones que puede hacer por sí solo y las que puede hacer con ayuda de los demás. A la vez es necesario insistir entre los compañeros docentes que una condición para el éxito de sus clases es partir de la ZDP.
d) El Paradigma constructivista.

El constructivismo “se refiere a la importancia de la actividad mental constructiva de las personas en los procesos de adquisición del conocimiento” (Coll, 1997). El constructivismo es una corriente psicopedagógica que propone la construcción del conocimiento de acuerdo al desarrollo genético, afectivo y social del alumno, en este sentido es una corriente que integra planteamientos provenientes de diferentes orígenes y contextos pero que coinciden en explicar la manera como los seres humanos aprendemos y nos desarrollamos.
Entre los principios del constructivismo social podemos mencionar los siguientes:
1. En el momento de aprender siempre se parte de conocimientos previos. Los nuevos conocimientos se adquieren sobre la base de los anteriores y en estrecha relación con el contexto.
2. El alumno construye significados a partir de los contenidos curriculares.
3. Las relaciones entre los compañeros y la cooperación son condiciones esenciales en el aprendizaje.
4. Las emociones y los sentimientos son parte inherente de los seres humanos, por ello son la base para alcanzar un buen aprendizaje.
De acuerdo con el constructivismo la educación debe promover el desarrollo cognitivo, emocional, físico y práctico de la persona, vale decir el desarrollo integral del ser humano. Este paradigma considera al alumno como un ser activo que procesa constantemente información para construir su conocimiento y al mismo tiempo su personalidad. El docente es entendido como un diseñador de situaciones de aprendizaje, con altos niveles de interactividad que asume una postura de facilitador del aprendizaje. Las actividades del trabajo tutorial que se pueden emprender con fundamento en el paradigma constructivista son:
· Fomentar el aprendizaje cooperativo. “Cooperar es trabajar juntos para lograr metas compartidas, lo que se traduce en una interdependencia positiva entre los miembros del grupo” (Díaz Barriga, 2002). Una estrategia que da excelentes resultados en el trabajo tutorial son los Talleres de Asesoría de Pares en los cuáles compañeros de un mismo grupo o de semestres más avanzados brindan asesorías a otros compañeros que presentan dificultades con algunas materias. Otra estrategia de aprendizaje significativo son los talleres culturales que se constituyen en espacios para atender áreas de interés de los jóvenes, que complementan su formación a la vez que alientan la interacción con sus compañeros y la institución escolar a la que pertenecen.
· Identificar las necesidades sociales, afectivas y cognitivas de los alumnos. Cada una de estas necesidades incide en el proceso de aprendizaje. Para optimizar los resultados de los Programas de Tutorías se requiere establecer de forma precisa necesidades individuales de los estudiantes. Nuevamente se puede recurrir a encuestas y a entrevistas tutoriales para delimitar estos aspectos.
Antes de pasar a las conclusiones queremos hacer dos aclaraciones. Primero, las actividades aquí propuestas no son novedosas ni son las únicas que se pueden realizar en el trabajo tutorial. Nuestra intención es demostrar que estas actividades están plenamente justificadas en los paradigmas psicopedagógicos. Segundo, las mismas actividades no son limitativas de los tutores, en realidad en una situación ideal todos los docentes deberíamos atenderlas, pero son especialmente necesarias en la labor tutorial.
CONCLUSIONES

Es posible fundamentar el trabajo tutorial a partir de los siguientes paradigmas:
1. Humanista.- Cada alumno es diferente, tiene necesidades particulares y requiere una atención individual. Aquí es recomendable el uso de contratos para buscar la autorrealización del alumno.
2. Cognitivo.- Es necesario propiciar el desarrollo de las habilidades de aprendizaje. Para ello se puede emprender acciones metacognitivas y buscar estrategias de aprendizaje
3. Sociocultural. El objetivo de la educación es buscar el desarrollo humano del estudiante que dependen entre otros factores de su entorno social. El papel del docente como mediador de ese desarrollo resulta esencial. En el trabajo tutorial se requiere hacer una valoración social del estudiante así como contribuir a determinar su Zona de Desarrollo Potencial.
4. Constructivismo.- La construcción del conocimiento abarca el desarrollo físico, afectivo, cognitivo y social del alumno. Las actividades recomendadas en este punto son el aprendizaje cooperativo (vía Talleres de Asesorías de Pares y Talleres Culturales) así como una identificación holísticas de las necesidades de los estudiantes.

Como reflexión final pensamos que es importante precisar el concepto de Tutor. El documento de la ANUIES (2000) define el trabajo del tutor como una labor de acompañamiento. Después de analizar los cuatro paradigmas psicopedagógicos consideramos que es necesario profundizar en este concepto. Dado que el objetivo central del tutor es buscar el desarrollo de sus alumnos y debido a que las problemáticas que inciden en el trabajo del tutor abarcan aspectos cognitivos, sociales, físicos y afectivos, consideramos que es posible definir al tutor como un mediador del desarrollo integral de sus alumnos.

REFERENCIAS

1. ANUIES (2000). Programas Institucionales de Tutoría. Una propuesta de la AUNIES para su organización y funcionamiento en las instituciones de educación superior. Recuperado el día 2 de marzo de 2009 de
http://www.anuies.mx/servicios/d_estrategicos/libros/lib42/0.htm.
2. COLL César (1997). ¿Qué es el constructivismo? Magisterio del Río de la Plata
3. DÍAZ BARRIGA (2002). Estrategias docentes para un aprendizaje significativo. Mc Graw Hill.
4. HERNÁNDEZ, G. (2006). Paradigmas en psicología de la educación. México: Paidos
5. KUHN, Thomas S. (2005). La estructura de las revoluciones científicas. Fondo de Cultura Económica
6. RUBIO, Lilia et al (2007). Tutorías académicas: ¿Qué son y cómo hacerlas? Editorial Conocimiento y Cultura Educativa. México.